El catedrático recomienda «ser conscientes de que la esponja que empleemos debe estar en buen estado y limpia». Si empleamos manopla, explica, «podremos lavarla en la lavadora con mayor o menor frecuencia, siempre que la sostengamos limpia». O es necesario aplicar jabones especiales para las ubicaciones íntimas de nuestro cuerpo siempre y cuando el jabón aplicado sea despacio, neutro». Pero quizás en estas zonas debemos asegurarnos de que no contiene perfumes.
Para los genitales, tanto los de él como los de ella, bastaría con usar agua tibia. No hay que ofuscarse con el exceso de agua ni con la utilización de jabones con el fin de eliminar posibles fragancias. De hecho, en la situacion de las mujeres abusar tanto del agua como emplear jabones que no sean neutros podría dañar la flora vaginal.
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Un Industria Naciente
“No acostumbrábamos a tener agua corriente, la mayor parte no tuvo ingreso a agua corriente hasta los últimos cien años”, enseña Hamblin, “Era algo que quizá la realeza podría realizar, pero que la gente solo podía realizar esporádicamente”. James Hamblin, instructor de Medicina en Yale, transporta sin ducharse desde 2015.
No obstante, desde hace ya tiempo múltiples especialistas alertan sobre los efectos dañinos para la piel que tienen el uso de agua y jabones de manera reiterada. Un científico estadounidense ha desarrollado un aerosol que promete eliminar la mugre y el mar olor del organismo sin tener que pasar por la ducha. En ambos casos se aconseja, además de esto, el lavado de manos con agua y jabón para eliminar las bacterias que se hayan podido adquirir a lo largo del sexo tocando los genitales.
Emplear Esponja
El médico afirma que se lava las manos con mucha frecuencia y, de precisarlo, se hace lavados de corta duración, solo con agua. Tanto los champús como los geles de baño contienen habitualmente substancias que eliminan los aceites naturales del cabello y de la piel, afectan a los microbios beneficiosos que habitan en su superficie y tienen la posibilidad de ocasionar reacciones alérgicas. Lo que hace para asearse es usar toallitas para sus partes íntima y axilas y de esta forma se siente «realmente limpia», aun en el momento en que viaja por motivos de trabajo. A continuación, la AEGO aconseja proceder a lavar los genitales con agua templada y jabón de pH neutro e insiste en que no se realicen duchas vaginales, puesto que podrían producir más infecciones al remover la flora vaginal normal.
Otra de las que ha dejado el jabón es Sarah Ballantyne, una biofísica médica que se convirtió en autora y gurú del modo de vida Paleo Mom. Esta aboga por vivir como «en la edad de piedra» y adoptó la dieta paleolítica, que se apoya en la nutrición que llevaron los humanos antes de parar de ser cazadores-recolectores para transformarse en agricultores. Recuerda que la piel es la primera barrera del cuerpo protectora contra las agresiones ajenas, con solo realizar ciertas anteriores pautas estarás reforzando el vigor de esta importante muralla defensora del organismo. Evitar la irritación de la piel que se produce con la exfoliación».
O sea dado a que la composición del aerosol supone la reproducción en laboratorio de las bacterias, un desarrollo retardado y natural que exonera que el producto pueda generarse en cadena. Pero aunque como cuentan la gente que han dejado el jabón, la piel acaba por acostumbrase, se está levantando toda una industria microbiota-friendly. Poco a poco más gente confía en las bacterias como sustitutas del gel de baño en la ducha, aunque existe poca evidencia científica que apoye esta opción alternativa.
Las venas varicosas no desaparecerán, pero sentirás una sensación calmante después de la ducha. También hay que eludir el tabaco y el alcohol, puesto que repercute de forma negativa en la salud de nuestra piel generando modelos oxidativos que dañan nuestras células cutáneas.
Esponjas Fuera: Mejor Con La Mano
Independientemente de las causas para seguir esa moda o no llevarlo a cabo, la limpieza personal es un enorme negocio. Las compañas publicitarias han cultivado esa preocupación por el olor corporal. Entre ellos, uno que animaba a la gente a levantar el brazo como prueba de que ellos no olían mal. Según datos de Mintel de 2010, los estadounidenses menores de 24 años empleaban desodorizantes mucho más de 9 veces por semana.
Tampoco se recomienda el uso de esponjas o toallitas húmedas puesto que podrían causar irritaciones en el prepucio o la región de la vulva a causa del alcohol y otros productos químicos que acostumbran a contener. Están contraindicadas las duchas vaginales puesto que pueden producir infecciones al eliminar la flora natural. Una aceptable higiene de manos, boca y genitales antes y después resulta básica para eludir probables infecciones. Tanto la Organización Mundial de la Salud como la Academia De españa de Dermatología y Venearología coinciden en que las duchas que nos ofrecemos no en todos los casos son un ejemplo, ni para el sostenimiento del planeta ni para la salud de nuestro cuerpo.
Jackie Hong, periodista en Yukon, en el nordoeste de Canadá, ha eludido ducharse con jabón durante nueve años. «Uso mis manos para frotarme y quitarme la mugre, pero me paso el día sentado en la corte o en mi escritorio, así que no es para estar muy sucia», cuenta. Tenía curiosidad por dejar el jabón una vez que un artista le contara que no se había enjabonado en 20 años. Ella afirma que ahorra tiempo y dinero y precisa «bastante menos crema».
El motivo es que la fricción puede erosionar la piel y desprotegerla. Por eso es preferible prescindir de la esponja, en tanto que siempre y en todo momento está húmeda y es un nido de gérmenes, salvo que se utilice solo en zonas donde hay grasa que retiene las células fallecidas. Las esponjas tampoco son la panacea precisamente; la verdad es que las manos cumplen la función de extender el gel o jabón con exactamente la misma eficiencia y, de nuevo, pueden causar irritación en pieles en especial sensibles.
Cada vez son más los especialistas que advierten sobre las consecuencias negativas de lo que piensan una “higiene excesiva”. La utilización elevado de agua y geles de baño reseca nuestra piel y cuero cabelludo e impide el avance de bacterias benignas que nos resguardan de infecciones. Para quien use esponja, el consejo de López-Bran es «cambiarla con relativa continuidad, dependiendo del uso que le debemos».
En verdad, hasta la marca Dove afirma de forma vaga que sus artículos son «suaves para la microbiota». De esta manera, se ha ido levantando una industria con artículos responsables con los microbios de la piel. La AEDV enseña que es importante no frotarse y limpiarse mejor con suavidad.