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Haji vive aislado en el pueblo de Dejgah, en la provincia sureña de Fars, y cuenta que anteriormente escapó de las manos de un conjunto de hombres que deseaban bañarlo. La comida preferida de Amou Haji es la carne podrida de animales fallecidos, especialmente puerco espines. La sorpresa llegó cuando los resultados médicos no hallaron ningún tipo de patología alén de la triquinosis que, además de esto, no parecía producir síntomas. Según el doctor Molavi, la increíble salud de Haji se debía al hecho de haber creado un muy fuerte sistema inmunológico.
Vive en una aldea de Van a ir y hace unos meses un canal de televisión local que le logró un reportaje lo apodó \’el hombre mucho más cochino de todo el mundo\’. Vive a las afueras del pueblo, por lo que su poca higiene no molesta a varios vecinos. Transporta una vida acorde a sus especiales y tiene sus razones para no querer lavarse.
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Fallece El ‘hombre Mucho Más Sucio Del Mundo’ A Los 94 Años Tras Medio Siglo Sin Ducharse
Amou Haji era un iraní que no se aseaba por miedo a enfermar, así como se probó en La extraña vida de Amou Haji, un reportaje para anunciar a esta persona tan especial. El hombre iraní vivía en una choza a las afueras de su pueblo, Dejgah, y ni siquiera dormía en una cama, sino en un agujero en la tierra. Tampoco es que se alimentase especialmente bien, a que eminentemente comía carne de animales muertos o que encontraba atropellados, en especial puercoespín. En lo que se refiere a la bebida, tomaba agua de una lata oxidada, a veces de forma directa de los charcos.
Los médicos determinaron que esos desenlaces podían deberse a haber desarrollado un sistema inmune muy resistente al vivir en unas condiciones tan extremas como lo hacía él. Finalmente lo lograron, pero el baño no le sentó bien, pues a los un par de meses falleció.
El Hombre Más Sucio De Todo El Mundo
Haji llevaba décadas cubierto de hollín y suciedad desde el instante en que padeció «incidentes emocionales en su juventud», según sus vecinos, que hicieron que se negara a lavarse. Vivía en una humilde choza sin ningún tipo de tranquilidad y apartado de todo el mundo y se encontraba convencido de que, si se lavaba, contraería alguna enfermedad que le llevaría irremediablemente a la desaparición. De hecho, aseguraron que había logrado desarrollar un sistema inmunológico realmente fuerte. Los expertos vieron como el hombre no había sufrido problemas médicos más allá de triquinosis, que se produce por comer carne mal cocinada, si bien ni siquiera llegó a padecer síntomas.
Lo quema para que quede corto utilizando la fogata con la que se excita en las noches.
Incluso fue el protagonista de un documental filmado en 2013 llamado “La extraña vida de Amou Haji”. Pese a vivir en la calle y de su mugre, Amou ha superado la longevidad media de los hombres de Van a ir, que suele estar en los 77 años. Amou Haji llevaba 63 años sin ducharse y, curiosamente, ha muerto tras asesarse por vez primera en tanto tiempo. No pasaba por la ducha por temor a enfermar y, a tenor de su longevidad, no le fué nada mal.
Puede que parezca que esos análisis iban a mostrar mucho más de una patología, pero fue todo lo contrario. Mientras que unos lo prefieren a la primera hora de la mañana, otros son más de hacerlo antes de irse a reposar. No charlamos de otra cosa que no sea la ducha, cada uno de ellos tiene sus preferencias para hacerlo en el momento que mejor lo venga. Si bien es una costumbre diaria, todos nos hemos pasado más de un fin de semana de peli, sofá y manta en el que ni nos hemos rozado por la esponja.
Con 80 años a sus espaldas, lleva sesenta sin lavarse ni un ápice de su cuerpo. El hombre asegura que desde que no se ducha está sanísimo y que lavarse le genera enfermedades.
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Tenía, según un examen médico que le hicieron hace ocho años, un fuerte sistema inmunológico. En aquel análisis médico di negativo en las pruebas de hepatitis, parasitología y ETS. Los propios médicos llegaron a la conclusión de que podría haber creado un sistema inmune al vivir en condiciones insalubres, rodeado de basura y animales muertos, tan extremas.
Además de esto, era fumador, le agradaba hacerlo de una pipa, aunque no tabaco, fumaba excrementos de animales. Meses atrás, sus vecinos, que le habían construido una choza, le persuadieron para que se diera un baño y, poco después de entrar a romper con décadas sin ducharse, Amou ha fallecido a los 94 años de edad. Amou estuvo 63 años sin bañarse, pero eso no le quitó salud. Aunque en Van a ir los hombres tienden a vivir hasta los 77, él superó ese promedio con un sistema inmunológico fuerte.
Sin embargo, nada tiene que ver con los 60 años que Amou Haji, un hombre iraní, ha llegado a pasar sin ducharse. Tampoco permitimos publicaciones que puedan contravenir la ley o falten dificultosamente a la realidad probada judicialmente, como calumnias, o promuevan actitudes violentas, racistas o instiguen al odio contra alguna comunidad.